¿Cómo influye la televisión en los niños?

Un estudio realizado por Kantar Media indica que, desde el año 2006, las horas que dedican los españoles a ver la televisión han ido aumentando. Los últimos estudios revelan que los españoles vemos la televisión unas cuatro horas diarias e implica que seamos los que más vemos la tele en Europa.
               Hoy en día, probablemente no hay un hogar en España en el que no haya una o más televisiones, y posiblemente muchos hogares cuenten con una en cada habitación como las alcobas, la cocina, el salón… La televisión es un medio muy atractivo para los jóvenes  ya que en ella se pueden enterar de la actualidad de una forma rápida y sencilla sin tener que leer, solo con escucharla y verla. A parte de lo ya dicho, tiene muchos más aspectos que atraen a los jóvenes, como por ejemplo sus programas de entretenimiento, películas y noticias de todo el mundo.
               Lo que hace atractivo a la televisión, también la hace peligrosa para los jóvenes, ya que es un poderoso medio que puede llegar a mucha gente e influir en sus pensamientos y decisiones. Por tanto, desde las escuelas debemos enseñar a los jóvenes a saber que pueden ver, ya que viendo la mayoría de los programas que televisan vemos que no son adecuados para los jóvenes. La función de los profesores debe ser la de aprovechar los materiales televisivos en el aula y que los alumnos diferencien los programas educativos y el resto de la programación que no aporta nada a la educación de los niños.
               Para acabar, quiero decir que los profesores deberían ayudar a los padres para que los niños no vean tanto la televisión si no son programas educativos y hacerlos partícipes de que vean la televisión con sus hijos para saber qué ven y cuantas horas lo dedica. El profesor puede dar consejos a los padres como por ejemplo, evitar que los niños tengan televisión en sus cuarto, ya que así es más difícil controlar las horas que ven la televisión y lo que ven y sobre todo evitar que el niño haga los deberes con la televisión encendida, ya que esto influye, de manera negativa, en la concentración del niño.