La educación emocional
La educación
emocional es un proceso educativo, continuo y permanente, que pretende
potenciar el desarrollo de las competencias emocionales como elemento esencial
del desarrollo integral de la persona, con objeto de capacitarle para la vida.
Todo ello tiene como finalidad aumentar el bienestar personal y social. También
supone una innovación educativa que se justifica en las necesidades sociales
que no están suficientemente atendidas a través de los contenidos de las
materias académicas ordinarias. Estas necesidades están relacionadas con:
ansiedad, estrés, violencia, consumo de drogas, comportamientos de riesgo, etc.
Todas estas necesidades tienen un fondo emocional.
La educación
emocional es un proceso educativo continuo y permanente, puesto que debe estar
presente a lo largo de todo el currículum académico y en la formación
permanente a lo largo de toda la vida. Es decir, debe empezar desde el momento
del nacimiento, incluso antes, y estar presente a lo largo de la educación
infantil, primaria, secundaria, universitaria y formación permanente a lo largo
de la vida. La educación emocional adopta un enfoque del ciclo vital en el que
debe participar todo el profesorado, las familias y comunidad en general.
La educación
emocional es una forma de “prevención primaria inespecífica”, es decir, un modo
de adquisición de competencias que se pueden aplicar a una multiplicidad de
situaciones. La prevención primaria inespecífica pretende minimizar la
vulnerabilidad de la persona a determinadas disfunciones (estrés, depresión,
impulsividad, agresividad, etc.) o prevenir su aparición. Para ello se propone
el desarrollo de competencias básicas para la vida. Se trata de maximizar las
tendencias constructivas y minimizar las destructivas.
Los objetivos
generales de la educación emocional pueden resumirse en:
- Adquirir un
mejor conocimiento de las propias emociones e identificar las emociones de los
demás.
- Desarrollar la
habilidad para regular las propias emociones.
- Prevenir los
efectos nocivos de las emociones negativas y desarrollar la habilidad para
generar emociones positivas.
- Desarrollar la
habilidad de automotivarse.
- Adoptar una
actitud positiva ante la vida.
- Aprender a
fluir, gestionar los conflictos de forma positiva.
Para acabar
quiero decir que un niño con una mala educación emocional no podrá relacionarse
con normalidad en la sociedad y no podrá triunfar en esta, ya que una persona
con un CI y notas sobresalientes no le garantizan un éxito laboral o una
relación con otra persona, mientras que con una buena educación emocional todo
eso es más probable. Para acabar decir que la finalidad de la educación
emocional es el desarrollo de competencias emocionales que contribuyan a
afrontar mejor los retos de la vida y como consecuencia aportar un mejor
bienestar personal y social.
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